Querida amiga,
No veo ninguna proeza en gestos soberbios como el de atraversar
un oceano e instalarse a vivir en otra cultura.
La proeza la veo en lo que vos haces en el día a día,
en la actitud que tenes ante la vida,
en la forma de afrontar de pecho cada momento.
En tus entusiasmos cotidianos,
en tu HACER,
en tu PROPONER,
en tu no dejar que te gane la comodidad.
En el paso que das cada momento con firmeza, sin dejar que
las dudas te paralicen.
No amiga, no veo proezas en escapar, de algo, de alguien, de
si mismo.
La proeza es la tuya, en donde estas, con tu humildad, con
tu energia, sin acciones grandilocuentes,
cotidiano hacer
humilde acción
con sentido,
con conciencia,
con ardor…