La Existencia vivida conscientemente es VIDA

jueves, 27 de septiembre de 2007

Amigas

Estas palabras las envió Valeria, mi amiga santafesina de Roma, en una presentación de Power Point, y me encantó, no dice nada nuevo, nada que no se repita en miles de otras presentaciones, pero en este momento me tocó profundamente porque es una verdad que me pertenece, porque en reflexiones que ultimamente hice pensaba justamente en la importancia de mis amigas, vitales, necesarias como el aire que respiro.
Que escuchan mis vivencias, mis problemas y me dan sus opioniones y consejos.
Que abren sus almas y comparten sus vidas conmigo.
Que me dan afecto de tantas maneras simples, una comida que preparan con amor, un libro que me prestan, o simplemente una información que necesito.

AMIGA... esta es una historia corta, llena de sabiduría y de amor.
Una joven esposa estaba charlando con su madre. Mientras hablaban sobre la vida, el matrimonio, las responsabilidades y las obligaciones de la adultez, la madre hizo tintinear los cubitos en el vaso, pensativamente, miro a su hija seriamente.

"No te olvides de tus amigas" le advirtió, revolviendo las hojitas de té.

"Se volverán importantes a medida que madures. No importa cuanto quieras a tu marido y a tus hijos, siempre necesitarás a tus amigas.

Recuerda: salir con ellas, hacer cosas con ellas.

Y recuerda que tus amigas no son solamente tus amigas, sino también tus hermanas, tus hijas y otros parientes. (Son la familia que te permites elegir)

Necesitarás otras mujeres, siempre las necesitarás".

Qué extraño consejo pensó la joven; acabo de casarme, de entrar en el mundo adulto, soy una mujer casada, no una niñita que necesita amigas.
Seguramente mi marido y mi futura familia serán suficientes para darle sentido a mi vida.

Pero escuchó a su madre, se mantuvo en contacto con ellas e hizo cada vez más amigas.

Al pasar el tiempo se fue dando cuenta que su madre tenía razón

A medida que el tiempo y la naturaleza producen sus cambios y misterios en la mujer, las amigas son indispensables en la vida.

Cuidan tus hijos y guardan tus secretos, te dan consejo cuando lo pides, que a veces sigues y a veces no, te sacan de apuros, te ayudan a dejar las malas relaciones, harán una fiesta para tus hijos cuando se casen o tengan un bebé, manejan en tormentas, nevadas o granizos o en la madrugada para ir a ayudarte.

Te escuchan cuando pierdes el trabajo o un amigo, te escuchan cuando tus hijos te rompen el corazón, te escuchan cuando los cuerpos y mentes de tus padres fallan.

Lloran contigo cuando muere alguien que amas.

Te respaldan cuando los hombres de tu vida te decepcionan.

Te ayudan a juntar los pedazos cuando los hombres empacan y se van.

Se alegran con tu felicidad y están listas a destruir lo que te hace infeliz.

El tiempo pasa, la vida sucede, la distancia separa, los chicos crecen, el amor se derrite y se evapora, los corazones se rompen, las carreras terminan, los trabajos vienen y van, los padres mueren, los colegas olvidan los favores, los hombres no llaman cuando prometen...

Y las amigas están ahí, no importa el tiempo ni la distancia entre ustedes; una amiga nunca está tan lejos que no la alcance tu necesidad.

Cuando tengas que caminar por ese valle solitario y lo tengas que hacer sola, tus amigas estarán en el borde, alentándote, rezando por ti, interviniendo y esperándote del otro lado.

A veces hasta quebrarán las reglas y caminarán contigo.

O vendrán y te sacarán.

Las amigas son la bendición de la vida. El mundo no sería igual sin ellas, ni yo sería la misma.

Cuando empezamos esta aventura llamada femineidad, no teníamos idea de las increíbles alegrías y tristezas que nos esperaban; ni sabíamos cuánto íbamos a necesitarnos.
Todavía nos necesitamos cada día.

GRACIAS, AMIGA!!!
A mis amigas que están lejos fisicamente:
a mi hermana Verónica,
a mi compañera de todas mis vidas Lourdes,
a Amorina la sunchalense, Clara la porteña, Alicia y Daniela santafesinas y ahora Paula la patagónica!
a mi amiguita Poche, ahora no tan cercana pero compinche de una época hermosa,
a Romina, compinche de tantas horas de estudio, donde estas?
A mis amigas que estan cerca fisicamente:
a Pau, mi gran amiga...como el aire que respiro..
A mis nuevas grandes amiguitas Mariela y Valeria
Y a todas las que me quedan por conocer...

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Habia una vez...


una niñita que caminaba por un bosque oscuro...caminaba y caminaba bajo los árboles, seguía el sendero de tierra, y cuando se bifurcaba elegía según quien sabe que criterios, dubitando bastante en algunas ocasiones.

El aire era frio y humedo, por momentos se cubria los brazos, como abrazandose a si misma, para darse calor, y por momentos, el calor generado de caminar a paso veloz hacia que no sintiera frio.
El paso era veloz pero no seguro, era necesario estar atentos, nunca se sabe los peligros que pueden aparecer en el bosque. Cuando la niña sentía un rumor en algun lugar la adrenalina que subía hacía que las piernas se movieran mas rápidas, el corazón latía fuerte por un rato, hasta que se sentía lo suficientemente lejos como para que el peligro perdiera su fuerza.

Por momentos el sol entraba a travez de los árboles y podía sentir el calor sobre la piel, sensación que la confortaba y que hacía que su paso se volviera mas lento, en esos momentos la luz le tranquilizaba el alma y se permitía sentir el canto de los pajaritos y seguir el vuelo de las mariposas..pero, siempre atenta...por los peligros al acecho...




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