En general no soy una grande admiradora de la tecnología, me sorprendo mucho mas con la grandeza de la naturaleza, pero tengo que reconocer que entrar en la sala de máquinas de la central me subyugó. La grandiosidad de la construcción, su complejidad. Pensar que cada pieza, desde los grandes tubos hasta el mas pequeño de los tornillos la ideó, diseñó y construyó el hombre, pensando en la forma adecuada, el material, el tamaño y el lugar donde colocarlo y lo más dificil ensamblar todo!!! ...personas, tiempos, cosas...
El entrelazarse de caños inmensos, grandes, medianos, pequeños me hizo pensar en un grande cerebro...un complejo cerebro construido y manejado por el hombre...casi me parecía verlo. La fantasía me hace imaginar la central como un criatura monstruosa y potente, casi casi con vida propia, que come carbón y aceite (productos que ofrece la tierra), genera energía eléctrica, espira dioxido de carbono, "orina" agua procesada y defeca cal, yeso, sulfato y cenizas.
!Pensar con qué facilidad apretamos un botoncito y...voilà se enciende la luz!
!Es asombroso lo que puede hacer el hombre!
Me gusta maravillarme por un producto del hombre porque para mi es una novedad. Siento que una ventanita nueva se abrió en mi mente, una conciencia que me permite valorar más el esfuerzo que existe en cada cosa que el hombre construye, esas cosas que damos por sentado porque siempre estuvieron ahí...y que tanto trabajo llevan consigo.
Es hermoso abrir ventanas, porque podemos ver otro pedacito de la realidad que antes no veíamos...y asi vemos mejor el infinito panorama de la existencia.