¿Te has fijado? Cuando eres feliz y alguien te insulta, no te enfadas.
Cuando eres infeliz, te encolerizas demasiado.
Eso simplemente demuestra la pura matemática de la cuestión.
Cuando eres infeliz, estás dispuesto a enfadarte, estás esperando a enfadarte.
Cuando eres feliz, la misma cosa no te importa.
Cuando uno se siente profundamente dichoso, cuando disfruta de cada momento de la vida como si fuese un regalo de la existencia, ¿qué le puede importar nada?
No hay nada por lo que valga la pena molestarse.
Estás disfrutando de algo tan preciado que todo lo demás es sencillamente irrelevante".
La proxima vez que me encuentre lamentadome o quejandome me voy a hacer la pregunta: ¿Que me pasa? ¿Por qué motivo no soy feliz en este momento? ¿Cuál es el verdadero motivo de mi malestar?
Interesante ¿no? Al menos el malestar me va a servir para conocerme un poquito mas...
1 comentario:
A veces no hay una explicación, al menos, conciente. Quizás una está tan sumida en sus pensamientos, que no nos damos cuenta del por qué de nuestro malestar. Y si en todo preguntamos el por qué, algunas veces, hay que relajarse y permitirse un enojo; otras no, cuando es demasiado recurrente y también hay mucho de genético, eh?
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