La Existencia vivida conscientemente es VIDA

martes, 10 de julio de 2007

Estas palabras son parte de una cancion italiana y se las dedico a mi madre, cada vez que la siento pienso en ella…quien sabe, la mente sola lo hace, sus motivos tendrá...

Te daría mis ojos para ver lo que no puedes,
la energia, la alegría para arrancarte aun una sonrisa,
decirte si, siempre si y lograr hacerte volar,
donde quieras, vos sabés, sin el peso que llevas en el corazón...
Esconderte las nubes, ese invierno que te hace mal,
curarte las heridas y algun diente mas para comer,
y luego verte reir y verte correr todavia...

Se olvida, hay quien se olvide distraidamente una flor un domingo..
y luego Silencio...
y luego Silencio...
Silencio....

En los jardines que nadie conoce,
se respira la inutilidad,
hay respeto y una gran limpieza,
es casi locura..
No sabés cuanto es lindo estrujarte,
encontrarme aqui a defenderte,
y vestirte y peinarte y susurrarnte, no te rindas...

2 comentarios:

Alina dijo...

"Quien sabe porque un ramo dura cuandole salpican un poco de sal"....

Me gusta el poema, lleva implicto mucho de mi, intuiciones tuyas que no poblaron las palabras...pero que en corazon siente......
Pronto te voy a hacer otro comentario, solo quiero que sepas que acabo de leerlo, te quiero
isafora 11//07/07

Alina dijo...

Te regalo esta canción que la escuchaba cuando aun no suedia lo ella die, pero sbia que algun dia seria "realidad"...por eso me emocionaba y lloraba por anticipado

LA MADRE

Ellos se van,
como siempre se van,
y tú
te quedas como siempre
recogiendo los cubiertos
y el mantel, del comedor.
Y te rebelas
cuando miras
el desorden
que dejaron al partir, los niños.

Los niños,
que un día cambiarán
de casa y de mantel,
cuando aprendan el arte de volar,
cuando se haya escapado su niñez.
Y te visitarán por Navidad,
si es que les queda tiempo.



Los niños,
que hoy lanzan el balón
y rompen un cristal,
y juegan a piratas de salón,
y llenan con sus gritos el portal,
y lanzan sus cometas de papel
en medio de la calle.



Todos se van,
como siempre se van,
y tú,
te quedas como siempre
recordando su niñez
tras el cristal del comedor.
Luego te quedas en silencio
y recuerdas
junto al fuego del hogar,
los niños.


Los niños,
que nunca volverán,
que nunca volverán,
a ser esos piratas de salón,
ni llenarán de gritos el portal,
ni lanzarán cometas de papel,
en medio de la calle.



Los niños,
que un día cambiarán
de casa y de mantel,
cuando aprendan el arte de volar,
cuando se haya escapado su niñez.
Y te visitarán por Navidad,
si es que les queda tiempo.

Cuando aprendan el arte de volar,
cuando se haya escapado su niñez.
Y te visitarán por Navidad,
si es que les queda tiempo.

Isafora

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